Pero no sólo eso. Subirachs tenía una relación especial con la ciudad, y dejó al final de la Rambla el obelisco en memoria de Francesc Macià, el primer monumento levantado en recuerdo del presidente de la Generalitat.
El artista también tenía un vínculo con el mundo del tren y en el Museo del Ferrocarril encontramos la prueba. Muchos no lo saben, pero Subirachs fue el autor del friso de una de las fachadas de la estación de Sants de Barcelona en la reconstrucción del edificio de 1979.
Se trata de un friso o mural escultórico formado por 22 módulos trabajados individualmente. El elemento esencial es la rueda, símbolo de la comunicación y la movilidad, que combinó a través de relieves y bajorrelieves con la palabra BARCELONA. Y es que, cuando Subirachs recibió el encargo, quiso fusionar el arte con la actividad cotidiana. Por lo tanto, era el rótulo identificativo de la estación central de ferrocarriles de Barcelona, pero a la vez era una escultura de fuerte impacto visual.
Durante los trabajos de la Alta Velocidad en Barcelona, esta obra se desmontó de su lugar original y se llevó al Museo del Ferrocarril de Cataluña donde todavía se puede ver. Esta imagen es nuestro homenaje a uno de los artistas más queridos y admirados de los últimos tiempos. ¡Hasta siempre!