Museo del Ferrocarril
de Cataluña

Estos refugiados procedentes de Ucrania, están siendo apoyados por un grupo de voluntarias que se han agrupado en un perfil de Instagram @vilanova_amb_refugiats, con el que se puede contactar para ofrecer ayuda. Este ha sido el caso del Museo del Ferrocarril de Cataluña, que después de algunos contactos ofreció hacer una visita gratuita al Museo.

En las propias palabras de sus integrantes, se trata de un colectivo que surgió de un grupo de WhatsApp de mujeres ruso-parlantes que viven en Vilanova. Entre ellas hay mujeres de Ucrania, Rusia, Turkmenistán y otras ex repúblicas soviéticas. No solamente están unidas por el idioma, sino que comparten el sentimiento muy fuerte de la necesidad de dar respuesta inmediata a las acciones crueles del ejército ruso contra personas inocentes en el territorio de Ucrania. 

Primero organizaron protestas en la calle contra la guerra. Después, junto con el ayuntamiento, organizaron una recogida de ayuda humanitaria para Ucrania en los centros cívicos de la ciudad, gracias a la que se recogieron más de 5 camiones de comida, pañales, medicamentos y productos de higiene, y por la que agradecen mucho a toda la gente de Vilanova su participación en esta iniciativa. 

El siguiente paso fue la ayuda a los refugiados de Ucrania que han huido del conflicto y han llegado a Vilanova. Una de las componentes, Irina, se ha ido encargando de recoger artículos de primera necesidad para las familias refugiadas. Otra, Dina, con el objetivo de conseguir un poco de descanso emocional para los padres, ha organizado un grupo de apoyo familiar para niños y niñas, ayudándoles con el idioma y creando un entorno donde los pequeños pueden jugar, bailar, hacer deporte o participar en manifestaciones artísticas juntos. Hay muchos voluntarios que ayudan y ofrecen clases de catalán, zumba o boxeo. Oksana, junto con otras voluntarias, ha empezado dar clases de castellano, y hay un grupo de voluntarias que ayudan como traductoras simultáneas. Gracias a esta labor de voluntariado, las familias ucranianas en Vilanova pueden integrarse con más facilidad a la vida social de nuestra ciudad. 

El grupo se ha mostrado muy agradecido con el Museo por la oportunidad de esta salida cultural para los refugiados de Vilanova, pero el Museo es quien se siente compensado por poder ofrecer su ayuda y unas horas de risas y felicidad a estas personas que han tenido que abandonar su entorno y su país.