En primer lugar, el ténder (vagón que acompaña a la locomotora y transporta el agua y el carbón) ya está completamente restaurado y expuesto en el Museo, la primera pieza que regresa a su espacio habitual.
En cuanto a la locomotora, las buenas noticias continúan: los tubos de la caldera ya han llegado y están listos para ser instalados, un proceso clave para garantizar el correcto funcionamiento de la máquina. Paralelamente, la bomba de engrase, las bielas y los cilindros han sido completamente reparados, lo que asegurará un rendimiento óptimo.
En las próximas semanas, los trabajos se centrarán en la chimenea y en el cierre definitivo de la caldera. A finales de septiembre, si todo sigue según lo previsto, se iniciará la fase de pintura, que devolverá a la Mataró el esplendor que la caracteriza.